Cambiamos pañales y alimentamos con biberones a veces, cuando menos lo esperamos.
Sea cual sea la situación, los(as) hijos(as) siempre nos sorprenden.
Desde el nacimiento en adelante, jamás volvemos a ser los mismos, especialmente, si nuestros(as) hijos(as)
además de nacer biológicamente,
nacen igualmente en nuestros corazones haciéndonos sentir en ocasiones, las inquietantes emociones relacionadas con la paternidad. Amor. Ansiedad. Miedo. Temor. Coraje. Orgullo. Inseguridad.
Lo verdaderamente importante, es hacer lo mejor dentro de nuestras posibilidades, examinándonos cada día, sabiendo que no hay manera perfecta de transitar este camino sino que se trata de un camino a ser trillado el cual permanece hasta el fin de nuestros días.
Te invito a reflexionar sobre este particular y a recordar que:
"No hay Cosecha sin Siembra."
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